viernes, 19 de febrero de 2010

Capítulo dieciocho.

El camarero vino pronto con las bebidas y no tardamos mucho en tomarnoslas. Cuando acabamos seguí a Eli hasta...
-¿La peluquería?
-Si, ¿a que es genial?
Nos habíamos comprado un vestido cada una(lo suficientemente elegante como para acudir a la alfombra roja con ellos), un par de tacones altísimos, maquillaje nuevo, ¿y ahora la peluquería?, esto era un poco raro.
-Si; pero..¿a qué viene todo esto?
-¿Qué hora es?.-Preguntó ignorando mi pregunta.
-Las nueve en punto.
-Perfecto; Nos queda una hora, hay que darse prisa.- Me cogió del brazo y tiró de mí. Entramos en la peluquería.
-¿Nos pueden coger?.- Preguntó Eli con decisión , sin ponerse roja, con picardía, como debía de ser.
La peluquera miró hacia atrás para ver la gente que tenía, luego miró a Eli y se quedó dubitativa.
-¿Solo para peinar?.- Preguntó con simpatía.
-Exacto.- Eli le regaló la más dulce de sus sonrisas.
-Venga, os heremos un hueco.- La chica sonrió divertida.
-¡Chachi!.- Exclamó Eli.
Nos sentaron una al lado de la otra y  llegó el momento de comenzar el interrogatorio.
-¿Eli?
-Dime.-Giró la cabeza para verme.
-¿Para qué nos queda una hora?
-Pues porque tu madre me dijo que estubieramos a las diez en tu casa.
-Ah.-dije confundida.-¿Cuando fue eso?
-Cuandooooo, tu madreee, me abrioooo, ¡la puerta!.- Respondió desesperada.-¿Vas a dejar de hacer preguntas tontas?
-Vale, tranquila, no te sulfures.
-Pues ya está, cuando yo te diga algo, no preguntes, ¿entendido?
-Entendidoooooo.- Me costó decirlo pero al final lo conseguí con desgana.

Nos lavaron el pelo, nos pasaron a otros asientos, nos peinaron, y...¡et voilá!
Pagué con la tarjeta y salimos de la peluquería. 
Miré a Eli.
-Estas guapísima, Eli.
-Shssss, tú también, vamos, ahora si que es de verdad, queda lo mejor.
Fuimos a los servicios del centro comercial y Eli me obligó a ponerme lo que habíamos comprado. Me empujó para que me metiera en el aseo y me dejó las bolsas en el W.C.
Me cambié de ropa y salí.
Eli estaba esperando y me daba la espalda. Me aclaré la garganta para llamar su atención y se dio la vuelta. Al verla de pies a cabeza con esa ropa y ese peinado me quedé alucinada. Al perecer ella también también se había sorprendida al verme a mí. Parecíamos dos niñas pequeñas a las que les habían comprado los vestidos de sus princesas favoritas y se los habían cambiado. Yo envidiaba se vestido y ella el mío.
-Estás espectacular.- Susurró boquiabierta.
Yo la miré; me no me salían las palabras. Necesitaba describirla mentalmente para encontrar un adjetivo adecuado.

4 comentarios:

Carol dijo...

hola me llamo carol!!
he estado leyendo tu historia un cacho y me parece intesresante asi que te voy a seguir para poder seguir leyendola!^^ y pasate por mis blogs porque yo tambn tengo un blog-historia!
muchos besos!!^^

ESTERPLACE dijo...

Gracias por pasarte!!
Ahora le echare un vistazo, te sigo para estar informada :)

xoxo

Paula. dijo...

Mee he enganchado a la historiaa, aa ver si sigues escribiendo pronto jaja:)
Tee sigo, pasate por mi log si te apetece beesos.

·Ann dijo...

me encanta la historia!! pasatee por mi blog si qieres! besoooss