domingo, 28 de febrero de 2010

Capítulo veinte

- Un momento.- Eli dejó de reír.-¿Qué hora es?.
Busqué el movil y miré la hora.
-Son las...diez y cuarto.
-¡Oh!, no, tenemos que darnos prisa, nos esperan.
-¿Quién nos...?.- Eli se giró y me tapó la boca.
-Cierra el pico y sigueme.
Agarré todas las bolsas y corrí detrás de Eli que también iba cargada de bolsas.
                                                     
                                    ***

Me quedé parada delante del  Mcdonalds y Eli entró sin darse cuenta de que yo no la seguía.A los cinco segundos salió confundida y extresada.
-¿Por qué te quedas ahí parada?
-Voy.-Pasé delante de ella.
-¿Qué hacemos aquí?.-Pregunté pero como solía hacer, ignoró mi pregunta.
-Por ahí, vamos, muevete.-Subimos las escaleras y...todo estaba lleno de gente, gente que yo conocóa y que se habían quedado mirandonos. Eli se colocó a mi lado.
Algunos nos miraban sorpendidos, otros entrcerraban los ojos para ver si eramos nosotras y ellas simplemente nos miraban de arriba abajo.¡Madre mia!, tampoco habíamos cambiado tanto, aunque con estos tacones era casi igual de alta que Alex y mira que me sacaba una cabeza... o dos, quién sabe.
Eli agitó las manos para hacerlos salir de su encantamiento y dijo flojito:
-¡Sorpresa!.- Luego se escuchó: " SORPRESA", todos a la vez como deberia de haber sido al principio.
Yo miré a mi alrededor distraída  y vi una pancarta que decía:
"Alex, Vicky, adios o mejor dicho hasta pronto, os echaremos de menos"
Busqué a Alex entre todas la personas y lo encontré, me miraba fijamente, esta vez no quitó la vista como solía hacer cuando lo pillaba mirandome si no que me miró aún con más fuerza, a los ojos.
Toqué el hombro de Eli con la mano, pero esta no me hacía caso. Estaba hablando con Estafanía la de arte dramático mientras que yo le intentaba aguantar la mirada a Alex. ¿Por qué no dejaba de mirarme ya?, yo no podría aguantar durante mucho tiempo, me intimidaba. Encendieron la música y Alex y yo seguimos mirandonos, era una especie de a ver quién puede más, lo podía ver en sus ojos.
Le pegué un pellizco a Eli y por fin me hizo caso.
Ganó él, le quité la mirada a Alex y dejó entrever una sonrisa de saisfación,¡será capullo!
-¡Ay!, ¿y a ti que te pica?
-¿Por qué está Alex aquí?
-¿Qué?.-Preguntó Eli. Con la música no se podía oír nada.
-Qué, ¿porque. está. Alex. aquí?
-Pues Vicky porque también es su fiesta, al fin y al cabo tiene derecho ¿no?
-Pues no.- Me crucé de brazos y Eli levantó la cejas.
-¿Puedes dejar de ir contra el mundo y pasartelo bien?, es tu noche, lucete, no seas paranoica, no pienses en él y punto.
Le puse mala cara y ella se dio la vuelta para seguir hablando con Estefanía. Yo me acerqué a la gente para saludar.
Todo esto era espectacular, aunque algo patetico, todos vestiamos con nuestras mejores galas, los chicos llevaban traje y corbata y la chicas...¡ iban bastante aregladas con vestidos chulisimos de tiendas de la zona!, igual que nosotras que parecíamos salir del estreno de alguna peli. Esto era un Macdonalds no un restaurante caro. Reí para mí. Me gustaba esta fiesta.
Habían alquilado la parte de arriba. Todo el mundo sabía que el Macdonalds era mi perdición, habían escogido bien al organizar todo esto.
Sirvieron miles de hamburgesas, coca colas, helados...todo lo que se podía comer en un Macdonalds, y después de comer todo el mundo baila o se tiraban por el tobogán como niños pequeños, recordando viejos tiempos.

-¡Ostia!.-Recordé que mamá le haía dicho a Eli que estubieramos en casa a la diez. Me encerré en el baño y marqué el número de mamá que el era el único que me sabía de memoria.
-¿Si?
-Mamá, soy yo, que se me ha olvidado llamarte, yo no lo sabía pero cuando he entrado estaban todos y gritaron sorpresa y entonces...
-Vicky, Vicky, Vicky, para el carro, lo sé todo, ¿por qué si no te iba a dar la tarjeta de crédito? Eli me lo contó, cálmate.
-¡Uf!, menos mal, creía que me estarías buscando.
- No.Tú pasatelo bien y disfrutad de la fiesta, adiós.
-¿Cómo que disfrutad de la fiesta?.¿Por quién lo dices?
-Por todos, Victoria, por todos...aunque era por Alex pero cualquiera te dice algo, me hariaís muy feliz si algún día lograrais llevaros bien, anda adiós, "pasatelo bien".-dijo lo último con cierto rintintín y yo sonreí.
-Adiós, mamá. Un beso.
Colgué y abrí el grifo para lavarme las manos que las tenía pegajosas, me miré en el espejo grande que había y una vez más me sorprendí a mi misma.

Capítulo diecinueve

Comencé por abajo. Llevaba unos zapatos altísimos, el tacón era de aguja y la punta redonda. Eran negros, enteros cubiertos de lentejuelas, impresionantes.
Su vestido era más que increible, la parte del pecho era negra y pegada, lo demás con volantes de dibujos morados, negros, azul electrico...
Eli dio una vuelta sobre sí misma sonriente, radiante de alegría y mis ojos se detubieron en su pelo, suelto, divertido, al compás del aire de su sonrisa.  Aunque lo veía todos los días ahora parecía más bonito, con brillo, completamente liso y con su suave y achispado color rubio albino.¡Pues el mismo de siempre!, ese que te invitaba a mirarla dos, tres, cuatro, diez veces; El mismo que le caía hasta la mitad de la espalda.
Le habían peinado la raya hacia el lado derecho y lo otro se lo habian recogido hacia atrás.
Luego me detube en su cara; se había maquillado super bien, parecía otra. Tenía el cutis perfecto, parecía de porcelana, y los mofletes los tenía levemente ruborizados...¡geniales!, sus ojos ya eran estupendos a través del cristal de las gafas pero es que ahora entre el maquillaje y el color azul celeste,¡eran aún mejor!
Yo no conocía a esta Eli. Físicamente no era la misma.
-¿Y bien?.-Levantó una mano y la otra la colocó en su cintura como cuando una modelo posa para una fotografía.
-Estás...estás...¡más que fantástica!.¿Te has puesto lentillas?
-Si,¿a que no se nota?.- Se acercó a mí y abrió los ojos de par en par. Era la primera vez que la veía sin gafas. Aunque no le quedaban mal, estaba mucho mejor sin ellas.
Nos giramos para vernos en el espejo y dijimos a la vez.
-¡¿Preparadas para romper corazones?!.- Ambas nos giñamos el ojo y rompimos a reír, divertidas, confidentes, jovenes ingenuas, nuevas, novatas en casi todo lo que nos podamos encontrar ante nosotras, espectantes ante nuestro destino, alegres, distraidas, escoltando secretos, y ante todo, las dos sin saber que en nuestro camino ya está escrito que no saldremos ilesas, nadie nos ha dicho aún que no caeremos, pero si que nos han repetido desde pequeñas que si lo hacemos somos lo suficiente fuertes como para volver a levantarnos. Arrastrar con una vida en la que todo no es bonito, pero en nuestro caso, aunque ni siquiera nos podemos hacer ua idea habrá demasiadas victorias, conquistas, dominos y sobre todo eso resalta la palabra: "Triunfo", el triunfo de alguien que no busca nada, simplemente desea vivir para ella, sus amigos, su familia, sin querer ser especial acabando en el podium más alto de la fama.

viernes, 19 de febrero de 2010

Capítulo dieciocho.

El camarero vino pronto con las bebidas y no tardamos mucho en tomarnoslas. Cuando acabamos seguí a Eli hasta...
-¿La peluquería?
-Si, ¿a que es genial?
Nos habíamos comprado un vestido cada una(lo suficientemente elegante como para acudir a la alfombra roja con ellos), un par de tacones altísimos, maquillaje nuevo, ¿y ahora la peluquería?, esto era un poco raro.
-Si; pero..¿a qué viene todo esto?
-¿Qué hora es?.-Preguntó ignorando mi pregunta.
-Las nueve en punto.
-Perfecto; Nos queda una hora, hay que darse prisa.- Me cogió del brazo y tiró de mí. Entramos en la peluquería.
-¿Nos pueden coger?.- Preguntó Eli con decisión , sin ponerse roja, con picardía, como debía de ser.
La peluquera miró hacia atrás para ver la gente que tenía, luego miró a Eli y se quedó dubitativa.
-¿Solo para peinar?.- Preguntó con simpatía.
-Exacto.- Eli le regaló la más dulce de sus sonrisas.
-Venga, os heremos un hueco.- La chica sonrió divertida.
-¡Chachi!.- Exclamó Eli.
Nos sentaron una al lado de la otra y  llegó el momento de comenzar el interrogatorio.
-¿Eli?
-Dime.-Giró la cabeza para verme.
-¿Para qué nos queda una hora?
-Pues porque tu madre me dijo que estubieramos a las diez en tu casa.
-Ah.-dije confundida.-¿Cuando fue eso?
-Cuandooooo, tu madreee, me abrioooo, ¡la puerta!.- Respondió desesperada.-¿Vas a dejar de hacer preguntas tontas?
-Vale, tranquila, no te sulfures.
-Pues ya está, cuando yo te diga algo, no preguntes, ¿entendido?
-Entendidoooooo.- Me costó decirlo pero al final lo conseguí con desgana.

Nos lavaron el pelo, nos pasaron a otros asientos, nos peinaron, y...¡et voilá!
Pagué con la tarjeta y salimos de la peluquería. 
Miré a Eli.
-Estas guapísima, Eli.
-Shssss, tú también, vamos, ahora si que es de verdad, queda lo mejor.
Fuimos a los servicios del centro comercial y Eli me obligó a ponerme lo que habíamos comprado. Me empujó para que me metiera en el aseo y me dejó las bolsas en el W.C.
Me cambié de ropa y salí.
Eli estaba esperando y me daba la espalda. Me aclaré la garganta para llamar su atención y se dio la vuelta. Al verla de pies a cabeza con esa ropa y ese peinado me quedé alucinada. Al perecer ella también también se había sorprendida al verme a mí. Parecíamos dos niñas pequeñas a las que les habían comprado los vestidos de sus princesas favoritas y se los habían cambiado. Yo envidiaba se vestido y ella el mío.
-Estás espectacular.- Susurró boquiabierta.
Yo la miré; me no me salían las palabras. Necesitaba describirla mentalmente para encontrar un adjetivo adecuado.

jueves, 18 de febrero de 2010

Capítulo diecisiete

Cogí deprisa unos vaqueros, una chaqueta adidas, una camiseta básica y mis tenis Nike. Corrí a encerrarme en el cuarto de baño.
Al cabo de cinco minutos salí y caminé hasta mi cuarto en silencio.
-¡Aaaaaaaaaah!.-Se me escapó un grito inesperado.- Me has asustao.
Eli me miró de arriba abajo.
-Eres un desastre. Anda, vamos,¿qué te has echo en el pelo?, estas horrible.
-¡Gracias, Eli!
-Te digo la verdad.-levantó las mano y luego se tiró en mi cama.-¿por qué lo tienes así?
-Ni idea, supongo que será de llevar el moño.
-Pues recogetelo por lo menos, estarás mejor.- Bajamos las escaleras y me hice una coleta caída, hacia el lado.
-Llevas dinero ,¿verdad?
-Pues no.- Eli se dio la vuelta y me paró con una mano.
-¡Stop!, definitivamente eres un desastre.
-Emma-Llamó Eli; y como por arte de magia mamá apareció con el monedero en la mano. Lo abrió y...
-¿Me das la tarjeta de crédito?.-Pregunté extrañada.Eso no era propio de mamá. 
-Por las nota cariño, te lo mereces.-Me dio un beso en la mejilla y nos urgió a que nos fueramos.-Comprate todo lo que tu quieras...pero con una condición.-Levanté las cejas.-Qué sea bonito,¿si?
Antes de salir por la puerta le tomé a mamá la fiebre. Nunca antes me había dado la tarjeta de crédito, ni me había dicho que me comprara todo lo que quisiera.¿ Me estaría comprando?


Cogímos el metro para llegar al centro y pasamos toda la tarde provandonos vestidos, sombreros, tacones, botas, gorros, botines,pantalones, gorras, chaquetas,chalecos, tenis, chaquetones,botas, bolsos, pulseras y más complementos y ¡más ropa!
Al fin nos sentamos en la mesa de una cafetería, rendidas, casi sin poder dar un paso más.
-No creas que todavía hemos acabado. Queda una cosilla.
-¿Más?, pero si no puedo moverme, estoy muerta.
-Si eso no va a ser nada. Solo tenemos que sentarnos y esperar a que nos pongan impresionantes.-Dijo Eli colocando las bolsas en una silla.
-Entonces...¡Yo pago!.-Levanté la tarjeta de crédito y las dos reímos.
Un camarero se acercó a nuestra mesa.
-¿Que os pongo?
-Eeeeh...Un batido de fresa, por favor.-Pedí
-A mí...- Eli miró la carta, se puso colorada por que el camarero era joven y se decidió.- Un Nestea.
-Muy bien, ahora mismo os lo traigo.
-Gracias.-Dijimos Eli y yo a la vez.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Capítulo dieciseis

Agarré mi mochila y salté del escenario. Después me arrepentí porque fui cojeando hasta la calle. Me había echo demasiado daño en la pierna que ya creí tener curada.
- Espera.- Eli se puso a mi lado.
-¡Vaya, ahora si que me hablas!
-Perdoname,¡¿que te parece si vamos esta tarde al centro comercial y te lo explico todo?!
Me paré, la miré y me rogó juntando las manos como si estubiera rezando.
-Por favor, no te enfades conmigo. Una tarde de chicas, ¡vamos!, será la última tarde que pasemos juntas.
-¿Cómo que la última tarde?, todavía no me voy.
-Eeeeeeeh...Dani me dijo que te vas pasado mañana...-Confesó triste.
-¡¿Qué?!, bueno vale, a las seis en mi casa. Ahora me tengo que ir.
-Perfecto.- Eli dio un salto de alegría y se fue corriendo.

Mamá vino a recogernos y cuando subí al coche le pregunté:
-Mamá...¿por qué todo el mundo sabe que nos vamos pasado mañana menos yo?.- Esta vez no me iba a enfadar pero me fastidiaba que,¡mi propia madre!, no me contara esas cosas, ¡agg!, ¡qué rabia!
Me miró perpleja.
-Lo siento, cariño, creí que ya lo sabias.
-Ahora si que lo sé.-le contesté molesta.- pero...¿como quieres que me entere si tu no me lo dices?
-Lo siento, ya te he dicho que creía que lo sabías, se me ha pasado.
-Ya me he dado cuenta.- Le aseguré zanjando el tema.

                                       

                                         ***

-¿Te han dado las notas?.- Me preguntó aparcando enfrente de casa.
-¿Como no me las van a dar?, ¡Si nos vamos pasado mañana!- Le recriminé sacando las notas de la mochila y dejandoselas en la mano.- Toma.- Salí del coche.
-¿Y a vosotros?.- Les dijo a Nicole y a Álex, luego ya no puede oír más.

Entré en casa y vi mi muleta.
¡Bah!, no me hacia falta, ya tenía la pierna mejor.
Subí a mi cuarto, me quité el uniforme y bajé a comer.
¡Tortilla de espinacas!, ¡Qué asco!. Después de comer me eché una siesta de unas cuantas horas y cuando me quise dar cuenta escuché el timbre de casa.
-¡Mierda!, es Eli.-  Yo iba vestida con ropa de estar por casa y llevaba el pelo recojido en un moño mal echo. Me iba a echar la bronca, ya lo estaba viendo.

martes, 16 de febrero de 2010

Capítulo quince

Estabamos en clase de interpretación, sentados en el escenario del salón de actos, mientras que Gabi, mi profesor de guitarra pero que también ahora lo era de arte dramático, hablaba. Esta clase era voluntaria, y como Gabi me dijo que quería tenerme en su equipo no dudé en apuntarme; además, esto me subía la nota, se supone que esto es una clase de Alternativa. 
Gabi antes me daba guitarra por las tardes pero ahora dice que ya estoy echa toda una profesional, ya no necesito su ayuda y la verdad es que me lo pasaba bien con él y lo echaba un poco de menos así me quise apuntar con él. Gabi y yo tenemos mucha confianza y ahora que ha empezado a trabajar aquí pues me pidió que si lo podía ayudar un poco: buscar alumnos, encargar material,etc... y yo no le pude decir que no, pero lo peor de todo es que insitió mucho en que yo también actuase; Por eso también le tube que decir que si, ¡era mi profesor de guitarra!
Yo pensé que sus clases serían divertidas, como las de guitarra, pero no, nada de eso, eran la ostra, me estaba aburiendo como nadie; menos mal que Eli también se apuntó a esta clase(porque la convencí yo qué si no nada), por lo menos podía hablar con ella pero el problema era que ella no me hablaba a mí. Le decía algo y me ignoraba; lo estaba haciendo desde el recreo. Esto era insoportable y Gabi no dejaba de hablar, me estaba volviendo loca, conmigo no era tan pesado, bla, bla , bla, bla,bla, ¡cállate!.

-Gabi, ¿has elegido los papeles para la obra?- Interrumpió Fani, la hermana de Carlos que era a la que mejor se le daba todo esto,digamos que era la que le ponía ganas,¡la que mejor actuaba!. Se podía dedicar a esto si quisiese, era muy buena.
-¡Ah!, si, si que los he asignado ya.- Dejó de hablar tan rápido y bajó del escenario para cojer su libreta.- ¡Si no me lo llegas a recordar no os lo digo!.- Abrió la libreta. 
-Sandra, tú serás: Minerva, la malvada doncella. Tú, Javi, serás... el principe, hermano de Minerva. Loreto tu harás de madastra y¿quién más?...-Pasó el dedo por la lista de nombres y luego levantó la cabeza con una sonrisa de pícaro.- Tú, mi esplendida Vicky, serás Scarlett, la pricesa alocada, recuerda que eres la prota, tienes que demostrar todo lo que sabes.
-¡¿Qué?!.- Gritamos Estefanía y yo a la vez.
-¿Yo?.- Me levanté.
-¿Ella?.- Se levantó.
-Pero Gabi, yo...
-Tú eres la indicada, eres perfecta para este papel.
-No.-Dijo Estefanía cabreada.
-¡Eso!, yo no...
- Tú no lo harás mal, confio en tí.- Insistió Gabi.
- ¡Pero Estefania quiere ese papel!.- Le contradije.
Sonó el timbre,¡POR FIN!
-Lo siento, chicas, mañana seguimos hablando.- Todos se levantaron, Gabi cogió su bandolera y se fue deprisa, así coomo era él , rápido, insistente, extresante y...¡ mi profesor de guitarra preferido, el único!, bueno la verdad es que no había tenido otro.

lunes, 15 de febrero de 2010

Capítulo catorce

Entrecerré los ojos y los miré uno por uno con desconfianza. Los conocia demasiado bien, me estaban ocultando algo. Intenté leer sus caras pero sabian disimular muy bien, eso también lo sabía.
-¿Por qué os callais?.-Los cuatro miraron hacia otro lado.
-¿Eli?.- Hizo como si se le cayese el anillo al suelo.
-¡Uy!, se me ha caido.- Me agaché para recogerselo y cuando me levanté pillé a Eli haciendo gestos con la mano. Les enseñaba los diez dedos. Giré la cabeza para ver que hacian los chicos y vi que Carlos levantaba el dedo pulgar.
-Hola.-Dijo convirtiendo el dedo pulgar en un extraño saludo al levantar dos dedos más con una sonrisa forzada.Se había dado cuentade que lo había pillado.
-Te he visto, ¿qué estais tramando?
-Adios, hasta luego, nos vemos.-Dijeron los tres dandose la vuelta y dejando mi pregunta en el aire.
Me di la vuelta para ver qué decía Eli pero no estaba donde yo la creía, se estaba alejando de puntillas, sin hacer ruido.
-¡Eh!, tú, ¡vuelve aquí!.-Corrí detrás de ella.
Sonó el timbre y Eli echó a correr hasta llegar a clase. Yo llegué dos segundos después que ella con la respiración entrecortada y los mofletes rojos. Podía verme reflejada en el cristal de la ventana.
La profesora entró y se sentó en su mesa. Ahora nos tocaba Historia con la pesada de Doña Isabel. Estaba tan loca como una cabra, y cuando se motivaba se ponía a gritar en clase interpretando lo que nos explicaba.
-Callaos, chicas, silencio.-hizo un intento fallido de callarnos con su dulzura de abuela.-Sacad los libros, venga.-lo volvió a intentar y esta vez funcionó. El volumen de las voces fue disminuyendo.
Me di la vuelta para sacar el libro y Eli hizo lo mismo.
-¿No me vas a contar nada?.-Le pregunté poniendo mi libro sobre la mesa y pasando las hojas lentamente.
-No.-contestó sin mirarme a la cara.
Abrí la libreta por la última página y arranqué un pequeño trozo de hoja. Le quité un boli a Eli porque a mi siempre se me olvidaba el estuche y escribí:
"¡Eli, dime lo que estabais hablando, por favor!"

Arrugué la nota y  le tiré del pelo para que se diera la vuelta. Ella intentaba atender a lo que escribía Doña Isabel en la pizarra pero yo no la dejaba. No se quería dar la vuelta y se estaba haciendo la loca, como si no hubiese sentido ese pelo menos que le acababa de arrancar. Le tiré el boli a la cabeza  y se sobresaltó.
-Eres una burra, ¿por qué haces eso?.-Yo levanté los hombros y le enseñé la nota.
-Toma, lee.-Se la puse para que la cojiera.
-No la puedo leer, tengo que atender.-Murmuró muy bajito, casi ni la escuchaba.
-Venga, Eli, dejalo ya, cuentamelo.-Susurré.
-No, callate.-Se negaba rotundamente. Se dio la vuelta
-Muy bien, no me cuentes nada.- Me tiré con fuerza sobre el respaldo de la silla, me cruzé de brazos y miré ofuscada lo que Doña Isabel estaba escribiendo en la curiosa pizarra.

Capítulo trece

-He estado hablando con tu madre y me ha contado que vais a vivir a Estados Unidos.- A pesar de saber la cruda notica me chocaron sus palabras, era como si me lo dijeran otra vez de nuevo, desde el principio, como si quisieran que lo recordase todo; Pero a decir verdad preferia que me dijera esto a que me castigara por lo de Cris. Pocas personas han provado los severos castigos del dire y claro está que una de esas personas he sido yo , asi que no me gustaria volver a pasar por uno de esos castiguitos.-
-¿No es así?, Victoria.
-Si, claro, es así.-Salí de mi pompa y le respondí con rapidez.
-Pues bueno, siento decirte que por desgracia para este colegio vamos a perder a una alumna excelente.-me sonrojé y él sonrió con simpatía.- Y también me ha comentado tu padre...
-¿¡Mi padre!?.-lo interrumpí ilusionada.
-Si, tu padre.-dijo el dire estrañado por mi reacción.
-¿Ha hablado con mi padre?
-Si, señorita, tu padre estubo aquí con su madre.
-No puede ser.- Se desgarró aquel último pedacito de esperanza.
-¿Por qué no puedes ser?.
-Porque ese no es mi padre; ¿como se llamaba?
El dire me miró perplejo, como diciendo: ¿no sabes como se llama tu padre?
-Creo que se llamaba...¿Charlie?, ¿puede ser?
-Exacto, ese no es mi padre.-Contesté un poco molesta. ¿Como podía pensar que ese zoquete era mi padre?, ni siquiera se parecia,  Papá era mucho mejor que él. TRES MIL VECES MEJOR.
-Bueno, ¿por donde iba?... ¡ah!, ya se. Que como ya solo quedan unos días para las vacaciones de navidad y tu madre me ha confirmado que os vais antes, pues le he pedido a los profesores que me den tus notas, ¡Aquí tienes!.- Abrió el cajón de su derecha, sacó mi boletín y me lo extendió orgulloso. Yo lo abrí y lo miré por encimilla pero sin detenerme en niguna nota en particular.
-Como  estás viendo, tus notas no bajan del nueve y quiero decirte que estoy muy orgulloso con tu trabajo diario y me satisface decirte que es un placer para todos nosotros que hayas podido estudiar en este colegio.
-Muchas gracias, director. Para mí también ha sido un placer estudiar aquí.
El director se levantó y me acompañó a la puerta.
-Hasta luego.-me despedí al salir.
En cuanto el dire cerró la puerta me di la vuelta bruscamente y busqué a Eli con la vista...pero no la encontré. Fui al patio corriendo y vi que estaba apoyada en la reja hablando con Dani y con Guti.
Nuestro colegio estaba dividido en dos. En una parte estudiabamos las chicas y en la otra los chicos. Eran como dos colegios distintos pero con el mismo nombre. Sant George, chicas. Sant George, chicos. Por suerte para todos podíamos hablar en lo recreos porque solo nos separaba aquella insignificante reja. A un lado se encontraba Eli y al otro Dani, Guti y Carlos que acababa de llegar. Me acerqué corriendo y cuando llegué se quedaron callados. Parecían ocultarme algo.

domingo, 14 de febrero de 2010

Capítulo doce.

-Ya veo, está claro que vuestra compañera Cristina lo ha hecho muy mal pero...¿no ha ocurrido nada más?
Ahora fui yo la que se miró las manos nerviosa.
-Lo que he contado antes es solo una pequeña parte, el caso es que nos hace la vida imposible,no nos puede ni ver, nos odia.-Levanté la vista y el dire me miraba decepcionado.
-Bueno, vale,¿le cuento la verdad?, pues mire, he exagerado un poco, si, pero es que ella es tan...¡uf!, no se, ¿irritante?.-miré a Eli para ver si esa palabra servia y por su movimiento de cabeza supe que sí.- y además a veces nos hace cosas insoportables, director, usted sabe que yo no soporto eso, bueno nadie soporta lo que hace ella. Esta chica se divierte metiendose con los débiles, es una injusticia lo que hace.¡Tiene que hacer algo!
-Nunca has pensado en estudiar derecho.-se rió y yo me tranquilicé un poco pero no lo sufieciente.
-No, en serio, director, tiene que poner una solución.
-Claro que sí, Victoria, hablaré con ella y aclararé todo esto, ¿está bien?
-Más que bien, pero que sepa que si dice que le he echo algo malo es porque se lo merece, creame señor director, esta chica no es nada buena.-Declaré y el dire se echó a reír. Miralo que gracioso y se rie, ya veremos si le hace tanta gracia cuando le venga Cris contando que le he pegado. Sonreí incomoda y luego me levanté al igual que Eli. Estabamos a punto de salir por la puerta, cuando el dire dijo:
-Victoria, un segundo.-Habló muy serio. Me temblaron la piernas, quizá habría visto a Cris por la ventana con la jefa de estudios y la nariz sangrando,¡¿ que me iba a hacer?!, no me mate señor dire que soy muy joven aún y me quedan muchas cosas por vivir.
-Tengo que hablar contigo.-Yo fui a sentarme de nuevo y Eli se quedó en la puerta.
-Puede salir, Elizabeth.- No era una pregunta, la estaba echando, ¡qué fuerte!
-¿Y no se puede quedar ella aquí?.- dije con todo el miedo del mundo.
-No, esto es una conversación privada.-contestó rapidamente el dire que estaba más serio que mi padre cuando ve la televisión.
-Está bien.-Miré a Eli. Las dos no lanzamos miradas desesperadas, preocupadas, temerosas de lo que iba a ocurrir segundos después. Yo temía al director y ella a las divas que estarían ahí fuera esperando a que saliese alguna de nosotras para devorarnos.
 Yo moví los labios y ella me los leyó: 
-Tranquila, no te van a hacer nada.
 Eli hizo una mueca de preocupación y salió del despacho lentamente cerrando la puerta a su espalda.

viernes, 12 de febrero de 2010

Capítulo once

-A ver...Eli, calmate, tan solo ha sido un pequeño roze entre su nariz y mis nudillos...nada de nada.
Mis palabras cada vez empeoraban más la situación y visto lo visto era mejor callarse pero claro...la palabra silencio no estaba en mi vocabulario, yo tenía que contestar a todo, y más si yo llevaba la razón, ¿no?, yo creo que es lógico lo que estoy hablando...bueno eso es lo que creo yo por que se ve qué Eli no está de acuerdo conmigo y no lo digo por nada  es solo que no deja de zarandearme y me empiezo a cansar, ¡leche!, que no he cometido ningún delito...o quizá sí..¡He agredido a una compañera: a Cris!.....DEBERIAN DE DARME UNA MEDALLA POR ACABAR CON ESE FETO MAL NACIDO QUE VISTE DE ROSA.¡Si!
-¡Se lo van a contar al director, me escuchas, me estás escuchando, van a ir directas, no van a tener piedad contigo, te espulsarán o posiblemente  te van a bajar las notas, Vicky. No queda nada para las vacaciones de navidad, no te arriesgues, vas a acabar perdiendo, ¿eso es lo que quieres?¿quieres que te pongan un cinco cuando en realidad tu nota es de un nueve?,¡¿Porque no te puedes controlar?!, eres...eres..¡incontrolable!,¡Uuf!.
-Mira Eli lo primero de todo es: ,¡NO EXAGERES!, lo sengundo: ella se lo merecía y lo tercero es que: tú olvidate de esto , he sido yo la que le ha pegado no tú, ¿entiendes?
-Mira Vicky lo primero no estoy exagerendo, lo segundo: van a ir directas al director y lo tercero: ¡Van a ir directas al director! ¿lo has entendido?, yo solo te pregunto porque a lo mejor si lo grito más fuerte lo acabas entendiendo, ¿no?.
-¡NO!.-le grité
-¡¿Qué no?!.-gritó Eli más fuerte que yo. Ya me empezaban a pitar los oídos. Entre sus gritos y los míos, me estaba volviendo loca.
-Vicky ,en cero coma dos están en el despacho del director, ¡contandoselo todo!.-Aparte de su voz, en el sentido también se me coló su advertencia, bueno su súplica o su aviso, se puede llamar de muchas maneras.
Una brillante idea se paseó por mi mente.
-No si se lo contamos nosotras antes.-la agarré del jersey y tiré de ella para que se moviera.
Cris que nos había estado mirando todo el rato mientras nos gritabamos, al ver que no ibamos, salió corriendo detrás nuestra.
-¿A donde vais?.- Vociferó con soberbia parandose en la puerta.
-Eso digo yo, ¿a donde vamos?.-soltó Eli. Yo me paré y Eli también. Me di la vuelta, le sonreí con malicia y me despedía con la mano, no hizo falta nada más, Cris dió un grito de guerra y salió despedida para atraparnos.
-Vamos, Eli, corre.- Eli, que estaba cofundida, le costó echar a correr, vamos que le costó arrancar. De verdad que no sabía donde ibamos, y a veces Eli me sorprendia mucho, era un poco...¿como decirlo?, lentilla para pillar las cosas y eso que si lo comparamos con lo rápido que contesta las preguntas de física podemos decir que no es lenta, si no, una plasta mundial. Se había dado cuenta antes Cris, que no había escuchado nada de lo que habíamos hablado, que ella.
Cuando llegamos al despacho del director me planté delante de la puerta y di dos golpecitos.
-Adelante.-Dijo don Juan, el director.
Yo abrí la puerta y asomé la cabeza.
-¿Se puede?.-pregunté.
-Si, por supuesto, pasa Victoria.
-Ni se te ocurra.-Susurró Eli que ahora si que me había entendido. La agarré de la mano y tiré de ella para que pasara.
-¡Pero si viene Elizabeth también, qué sorpresa!, sentaos por favor.-nos indicó con la mano los dos únicos sillones de terciopelo.-Decidme, ¿qué es lo que os trae por aquí?
-Eeeeeeeh...,tenemos un pequeño problemilla con Cristina Martinez y sus...bueno sus amigas si se pueden llamar así.-conseguí decir todo de golpe.
El dire(como lo llamabamos entre nosotras) sonrió.
-Contadme, ¿qué ha pasado esta vez?
-Mire director.-me acomodé en el gran sillon y me envalentoné.- Esta vez Cris...bueno Cristina Martinez, le ha puesto la zancadilla a Eli y lo que es aún peor, se ha puesto a insultarla delante de todas las compañeras, la ha ridiculizado.-Eli me pisó disimuladamente, pero eso no quitaba el que lo hiciera con menos fuerza.
-¿Es eso cierto?.- Le preguntó el Dire a Eli que se miraba las manos nerviosa.
-Bueno...no ha ocurrido exactamente eso pero....¡sí!, si que es cierto.- Eli nunca mentía y esta era la primera vez que lo hacía delante mía, que yo sepa, ella siempre decía la verdad pero esta vez había soltado un embuste con toda sinceridad, lo había dicho totalmente segura y encima de todo le miró a los ojos, la creí hasta yo; esto era un gran paso,¿qué digo?, esto era una carrera rápida. Como se empezaba a notar por fin que ya se le estaba pegando algo de mí, aunque fuese solo eso, pero ya era algo.