jueves, 18 de febrero de 2010

Capítulo diecisiete

Cogí deprisa unos vaqueros, una chaqueta adidas, una camiseta básica y mis tenis Nike. Corrí a encerrarme en el cuarto de baño.
Al cabo de cinco minutos salí y caminé hasta mi cuarto en silencio.
-¡Aaaaaaaaaah!.-Se me escapó un grito inesperado.- Me has asustao.
Eli me miró de arriba abajo.
-Eres un desastre. Anda, vamos,¿qué te has echo en el pelo?, estas horrible.
-¡Gracias, Eli!
-Te digo la verdad.-levantó las mano y luego se tiró en mi cama.-¿por qué lo tienes así?
-Ni idea, supongo que será de llevar el moño.
-Pues recogetelo por lo menos, estarás mejor.- Bajamos las escaleras y me hice una coleta caída, hacia el lado.
-Llevas dinero ,¿verdad?
-Pues no.- Eli se dio la vuelta y me paró con una mano.
-¡Stop!, definitivamente eres un desastre.
-Emma-Llamó Eli; y como por arte de magia mamá apareció con el monedero en la mano. Lo abrió y...
-¿Me das la tarjeta de crédito?.-Pregunté extrañada.Eso no era propio de mamá. 
-Por las nota cariño, te lo mereces.-Me dio un beso en la mejilla y nos urgió a que nos fueramos.-Comprate todo lo que tu quieras...pero con una condición.-Levanté las cejas.-Qué sea bonito,¿si?
Antes de salir por la puerta le tomé a mamá la fiebre. Nunca antes me había dado la tarjeta de crédito, ni me había dicho que me comprara todo lo que quisiera.¿ Me estaría comprando?


Cogímos el metro para llegar al centro y pasamos toda la tarde provandonos vestidos, sombreros, tacones, botas, gorros, botines,pantalones, gorras, chaquetas,chalecos, tenis, chaquetones,botas, bolsos, pulseras y más complementos y ¡más ropa!
Al fin nos sentamos en la mesa de una cafetería, rendidas, casi sin poder dar un paso más.
-No creas que todavía hemos acabado. Queda una cosilla.
-¿Más?, pero si no puedo moverme, estoy muerta.
-Si eso no va a ser nada. Solo tenemos que sentarnos y esperar a que nos pongan impresionantes.-Dijo Eli colocando las bolsas en una silla.
-Entonces...¡Yo pago!.-Levanté la tarjeta de crédito y las dos reímos.
Un camarero se acercó a nuestra mesa.
-¿Que os pongo?
-Eeeeh...Un batido de fresa, por favor.-Pedí
-A mí...- Eli miró la carta, se puso colorada por que el camarero era joven y se decidió.- Un Nestea.
-Muy bien, ahora mismo os lo traigo.
-Gracias.-Dijimos Eli y yo a la vez.

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