martes, 2 de marzo de 2010

Capítulo veintidos

Sonreír cuando no te apetezca y mentir para no hacer daño a la gente que quieres, me decía siempre papá, pero cuando la gente no te conoce, o mejor dicho cuando no quieres que la gente te conozca, ¿que haces?, cuando crees que solo pocos te pueden entender estás perdida, navegando por un mundo al cuál no perteneces, sabiendo que esas personas te han fallado, que ese chico ya te ha olvidado o peor aún , nunca te olvidará, si tienes miedo a enseñarles lo que tienes, miedo a que se encariñen contigo, miedo a amarlos demasiado como para dejarlos ir, es cuando ya si que puedes decir que le tienes miedo al futuro, a tu destido, miedo a aquello que te sucederá, miedo a quedarte sola, miedo a amar sin darte cuenta, a querer a papá, a que el tambien te quiera pero luego te vuelva a fallar, ¿que haces?, ¿dejas que otro papá más bueno te conozca?, pues no, él falló y por culpa de su erros así soy yo, alguien valiente pero que por dentro se muere de miedo, alguien fria, pero a la que  se le escapan las sonrisas, alguien que busca algo mejor en un mundo que le tiene grandes regalos escondidos en el fondo del armario, en el mismo armario y justo en el mismo sitio qué papá tenía escondido el traje de Papá Noel.
-¿Qué por qué no dejo que las personas me conozcan?- Repetí su pregunta y me quedé pensando. ¿Por qué me hacía esto?, yo no le he echo daño a él, ¿por qué me ataca con eso?, ¿por qué se mete en una guerra que no sabe ni siquiera con que armas se juega?, me gustaría gritarle a la cara que lo odio más de lo que él piensa, ahora mismo me encantaría pegarle otro puñetazo.
- Ese no es tu problema.- Conseguí decir. Puse la vista en el espejo y  me di cuenta de que mis ojos estaban humedos, él me había echo llorar,¡ Te odio, gilipollas!, quise escupirle en la cara pero no pude.-¡Ahí tienes tu dichosa respuesta!.- le dije con desprecio. Intenté abrir la puerta pero él se había apoyado y no me dejaba.
-Dejame salir o gritaré.-Le amenazé evitando encontrarme con su mirada, ocultando mis lágrimas, escondiendo algo que él nunca sabrá.- Tú me has dicho que si te contestaba me dejarias tranquila, cumple tu parte del trato.
-Ya, pero tu respuesta no ha sido válida.
-Qué no te haya gustado no significa que no haya sido válida.-Alguien intentó entrar en el baño y al ver que no podía golpeó la puerta y Alex se apartó.
-Pasa, Lucía.- Era Dani quién había golpeado la puerta para que las chicas pudieran entrar pero cuando nos vio se quedó mirando. Como haciendose una idea de lo que habíamos echo aquí dentro. Me miró a mí, luego a Alex y por último otra vez a mí.
-¡Nooooooo!, ¿como puedes pensar eso?.- Dani creía que me había liado con Alex, lo podía leer perfectamente en sus ojos.
Me deslicé entre las chicas para salir de allí y antes de hacerlo me despedí de Alex. Levanté la mano y moví los dedos con una sonrisa en la boca. Chao, amiguito, estoy fuera.
-Me ha encantado hablar contigo.-le dije y él me hizo un gesto grosero con el dedo.
A pesar de haberlo pasado mal ahí dentro, he sabido controlar bien la situación, podía haber roto a llorar pero así no era yo o mejor dicho así no me comportaba yo.
Alex seguía sacandome el dedo.
-Yo también te quiero. Hasta luego.-Le lancé un beso. Admito que todo esto lo hacía para ver su cara. Es que le daba tanta rabia que yo siempre saliese ganando que se tiraba de los pelos cuando yo no lo veía. Era más que divertido darse la vuelta y pillarlo mordiendose el puño o algo así.

2 comentarios:

·Ann dijo...

me encanta la historiia:) te sigoo
besos

todo-joven dijo...

HOLA WAPISIMA SOY ADICTA A LA LECTURA Y TAMBIEN ME GUSTA MUCHO ESCRIBIR AUNQUE ME SUELE DAR COSA QUE LOS DEMAS LO LEAN, ME ENCANTA LO QUE ESCRIBES SIGUE ASÍ, ME HAGOS SEGUIDORA. AKI TE DEJO MI BLOG POR SI TE QUIERES PASAR UN BESO.
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